En un día como hoy más de diez personas se quitarán la vida en España, donde la cifra de suicidios anuales es de 3.700. Según la UNICEF, cada día 120 niños se quitan la vida en el mundo. Cada 40 segundos se produce una muerte por suicidio en el mundo.

Las cifras por sí solas son elocuentes y preocupantes. Sin embargo, existe un silencio social y mediático al respecto. ¿Es la prudencia, es el miedo, es la autocensura? Lo cierto es que ante estas cifras parece oportuno conocer, reflexionar, juzgar y, sobre todo, actuar.

Pero si el dato cuantitativo es preocupante, desde el punto de vista cualitativo es lógico plantearse por qué se produce algo tan trágico que va contra la naturaleza en la que tenemos inscrito el instinto de supervivencia. La respuesta es compleja porque está enraizada en la fragilidad de la naturaleza humana, especialmente en lo más inaprensible y complejo de ella como es la mente. La soledad, el sentido de la vida, el sufrimiento, la muerte, la angustia, la frustración etc. son asuntos que entretejen la telaraña que envuelven a una persona que se plantea suicidarse.

Pero no son solo los que terminan con su vida, son muchas más las personas que están atrapadas en una existencia dolorosa, trágica que ven el suicidio como salida a sus problemas. Según algunos estudios por cada suicidio consumado hay veinte intentos.

Lo cierto es que el suicidio ha dejado de ser una cuestión puntual, esporádica, para convertirse en un problema social. Las enfermedades mentales están aumentando, así como la sensación de una vida que no merece la pena vivirla. En un determinado momento cualquiera de nosotros o personas de nuestro entorno podemos pasar por esa situación y deberíamos tener las respuestas adecuadas. Dentro de la gravedad de este problema hay un aspecto esperanzador: es previsible y existen estrategias adecuadas para prevenirlo.

Por todo ello nos surgen preguntas a las que intentaremos dar respuesta en este diálogo sereno sobre el suicidio.

• ¿Qué circunstancias sociales y culturales están incrementando el problema?.

• ¿Está aumentando el número de suicidios, especialmente en los niños y jóvenes?

• ¿Qué síntomas pueden alertar de la conducta suicida? ¿Hay señales de alarma?

• ¿Por qué se ha convertido en un tema tabú? ¿Cómo abordarlo para evitarlo?

• ¿Existen suficientes medidas preventivas y planes de salud mental?

• ¿Cómo podemos ayudar personalmente a estas personas?

• ¿Qué es una vida mental y espiritual sana?

Ponentes

Ana Belén Jiménez González

Psiquiatra infanto-juvenil. Servicio Riojano de Salud

Magdalena Pérez Trenado

Psicóloga clínica y Presidenta del Teléfono de la Esperanza de La Rioja

María Martín (Moderador/a)

Ingeniera de Montes por la Universidad politécnica de Madrid y politóloga por la UNIR

Recogido en la prensa

«El estigma asociado al suicidio y a la enfermedad mental los mantienen ocultos»

Documentación

UNICEF rompe el silencio sobre la salud mental: "Cada 11 minutos se suicida un niño en el mundo"

Fotografías del evento