¿Tiembla la democracia?
Una reflexión sobre las amenazas a la democracia

“La democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado". La célebre frase de Winston Churchill no significa que puedan justificarse los errores e injusticias que se cometen aduciendo que aún podría ser peor en otros sistemas
Diversos estudios, entre otros, el realizado por The Economist en 2024, constata el retroceso general de los niveles democráticos en distintos países, así como un aumento del descontento democrático entre la población y una desconfianza creciente de los gobiernos.
La democracia liberal, el sistema implantado en Occidente que ha permitido alcanzar unos altos niveles de desarrollo económico, social y cultural, no se mantiene de forma espontánea si no hay un esfuerzo sostenido para conservar las condiciones que la hacen posible. Su nacimiento no es espontáneo ni casual: se requiere de un cierto nivel de cultura, de compromiso social de los ciudadanos con la comunidad y del mantenimiento de instituciones y principios que la defiendan, como es la separación de poderes. De lo contrario, la democracia puede desaparecer, bien sea por amenazas externas o por debilidades internas, como ha demostrado reiteradamente la historia.

Por ello, no basta con depositar el voto cada cierto tiempo y esperar pasivamente a que los elegidos solucionen todos los problemas. De modo conciso, y quizá un poco idealista, Abraham Lincoln dijo: "La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo."
Fiel a nuestro propósito de entender el mundo que nos ha tocado vivir, queremos reflexionar sobre los peligros y enemigos que amenazan a la democracia y, por tanto, a nuestra convivencia y al futuro de las próximas generaciones.
Estas amenazas no afectan solo a nuestro país, sino a Europa y a lo que hemos llamado Occidente. Algunos de esos síntomas son los siguientes:
- Deriva autoritaria de los líderes y partidos. La legitimidad de origen en el acceso no legitima cualquier ejercicio del cargo.
- Una sociedad, en cierta medida anestesiada, que ha hecho dejación de sus deberes de participación y reacción frente a los desmanes políticos.
- El debilitamiento y los ataques a las instituciones democráticas tales como la libertad de prensa, la independencia del poder judicial, la injerencia en la vida e instituciones privadas, etc.
- Los populismos que proponen soluciones fáciles a problemas muy complejos, unidos a un cierto adanismo y la polarización política que socava el diálogo y la convivencia.
- La mediocridad, cuando no la corrupción, de líderes y partidos incapaz de articular un proyecto ilusionante de vida en común.
A todo lo anterior, hay que añadir otros factores globales como son la nueva geopolítica, la guerra híbrida y la injerencia extranjera, las nuevas tecnologías, la manipulación informativa etc.
Ponentes
Bieito Rubido
Periodista, tertuliano y profesor de periodismo. Entre otros muchos cargos, ha sido director de La Voz de Galicia y ABC. Actualmente colabora en el programa Herrera en COPE y es director del diario digital El Debate.