¿Nos quedamos sin niños?
El suicidio demográfico actual
Desde 1981 España tiene una tasa de natalidad que no permite el recambio generacional, como ocurre también en toda la Unión Europea. El 2023 la tasa de natalidad en España fue del 1.12, lo que supone un mínimo histórico y muy alejado del 2.1 necesario para mantener la población.
Una consecuencia inmediata, tras cuatro décadas de estas cifras, es el envejecimiento de la población. En España, El número de personas mayores de 60 años es tres millones superior a la de jóvenes menores de 16. Nos vamos acercando a una pirámide invertida cuya base no podrá soportar el número de personas mayores jubiladas.
Una de las consecuencias más alarmantes, aunque no la única, es la probable desaparición del Estado del bienestar. No se trata solo de una consecuencia económica, sino también un empobrecimiento afectivo por la falta de hijos, hermanos etc. Ya estamos viendo una de esas consecuencias: la soledad no deseada que afecta en España a la quinta parte de la población.
La crisis demográfica es un mal que nos acecha a España y a toda Europa. Sus causas no son externas como en el pasado: no se trata de guerras, invasiones o epidemias. Se trata de un mal aparentemente dulce e indoloro, por ello se le ha denominado suicidio demográfico. Por otro lado, las políticas llevadas a cabo hasta ahora, incluidos los incentivos económicos, no bastan.
Entre otras, intentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas:
¿Cuál es la gravedad del problema demográfico?
¿Por qué estamos insensibilizados ante el mismo?
¿Cuáles son las principales consecuencias de ello?
¿Qué políticas deben aplicarse de modo inmediato?
Celebrado el martes, 12 de noviembre de 2024, en Fundación Ibercaja La Rioja
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Alejandro Macarrón Larumbe
Ingeniero, Analista y Coordinador del Observatorio Demográfico del CEU - CEFAS