Memoria y futuro
Una reflexión sobre nosotros mismos

Memoria y futuro

El ser humano es la única especie que puede enfermar de pasado o de futuro. Su herencia genética no le basta para alcanzar una vida humana plena, por lo que necesita del legado cultural que recibe de las generaciones que le han precedido. Por ello, cuando olvida o se le quita su pasado queda “desarraigado” y sin raíces es muy difícil crecer.

Pero el ser humano también necesita de un futuro que oriente su vida y le estimule para seguir viviendo. Cuando pierde el sentido, se encuentra “desnortado” y el presente, a menudo, se le torna insoportable.

Esta situación afecta tanto a nivel personal como generacional. Olvidar el pasado y no tener futuro impide el pleno desarrollo en cualquier dimensión, por ello es necesario una reflexión para plantearnos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.

Max Scheler afirma que “tras diez mil años de historia, nuestra época es la primera en la que el hombre se ha hecho plenamente problemático ya que no sabe lo que es, y, además, sabe que no lo sabe”.

Hoy, llevados por cierto adanismo olvidamos que Grecia, Roma y el pensamiento judeo-cristiano forjaron nuestro modo de ser y con ello, las creaciones artísticas, culturales, el desarrollo científico y tecnológico, así como las libertades y derechos humanos.

Ahora, al abrigo del bienestar material, hemos ido abandonando nuestros fundamentos y degradando nuestras instituciones para adentrarnos en una profunda crisis de identidad con destino incierto. Una crisis que se basa en el relativismo a la vez que desprecia la dimensión ética y religiosa de la persona humana.

De ahí la necesidad de reflexionar y reconducir nuestras democracias occidentales, tarea  que, en cualquier caso, no será posible sin un rearme ético e intelectual junto a un compromiso personal. Los dirigentes deben recuperar la “auctoritas” perdida para ejercer la “potestas” con prudencia y responsabilidad al servicio del bien común.

Algunas de las cuestiones que nos queremos plantear son las siguientes:

  • ¿Cuáles son los principales valores que hemos heredado y que constituyen nuestro modo de ser?
  • ¿Qué factores han influido para perderlos y cómo podemos recuperarlos?
  • ¿Qué exige de cada uno de nosotros y de los gobernantes?
  • ¿Cómo recuperar el diálogo sincero, el respeto y el perdón auténtico?

Ponentes


José Antonio Ortega Lara

Maestro, Licenciado en Derecho y funcionario del Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias