Conrado Giménez Agrela
Presidente de la Fundación Madrina

CONRADO GIMÉNEZ nació en Madrid en 1959. Biólogo molecular, que trabajó en el Centro de Biología Molecular de Madrid en el campo de la ingeniería genética. Más tarde, según nos contó, pasó a trabajar en el mundo de la banca, los negocios y en el sector de la Bolsa, colaborando en la creación de una sociedad de valores.

Conrado Giménez Agrela

Trabajaba de alto ejecutivo en un banco y lo dejó todo -buen sueldo, trajes a medida, coches caros…- para iniciar el proyecto de la Fundación Madrina y atender a mujeres embarazadas con problemas de cualquier tipo, tanto si piensan en abortar como si padecen otra clase de dificultades. Actualmente atienden madres que tienen desde los 11 a los 40 años. Lo hacen 15 personas que las ayudan dando atención ginecológica, orientación laboral, alimentos infantiles e higiene del bebé, y acogiéndolas en dos pisos. También atienden 40.000 llamadas y correos electrónicos al año.

Pese a tenerlo todo, Conrado Giménez comprendió, en un momento de su vida, que tener entregado todo su tiempo al mendo financiero no le llenaba. Su vida empezó a transformarse cuando percibió que era feliz entregando su vida a los demás y a Dios. Hubo dos experiencias decisivas que aceleraron ese cambio: cuidar enfermos de sida con las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta, y atender a niños de la calle en Perú. "Quedé totalmente tocado al volver de Cuzco. Me dije que mi vida tenía que cambiar. Una noche, saliendo de preparar un consejo de administración del banco a las tres de la madrugada, tuve un accidente muy grave. Incluso tuvieron que venir los bomberos a sacarme. Y no estaba preparado para irme al otro mundo a ver a Dios".

Para discernir lo que le sucedía iba en peregrinación al santuario de Schoenstatt en Pozuelo de Alcarcón. Para llegar hasta allí tenía que atravesar zonas de prostitución, y empezó a tratar a jóvenes madres que se ganaban la vida vendiendo su cuerpo. Empezó a llevar cosas a las prostitutas como "crucifijos, estampitas de la Virgen...Yo tenía prejuicios respecto a las personas excluidas, pero te das cuenta de que tienen un corazón mejor que el tuyo….Algunas me pedían que rezara por ellas", asegura Conrado Giménez. Varias de aquellas mujeres dejaron de ejercer su actividad, "y alguna acabó de catequista". Esa experiencia le sirvió para empezar a pensar en la creación de la Fundación Madrina.

Empezó la entidad poniendo todo su dinero en el proyecto. Hoy se dedica a ella a tiempo completo y "sin cobrar ni un duro", una promesa que hizo al empezar: "De esa forma puedo atenderlas más libremente". La transformación que ha vivido la describe así: "Me he humanizado. Antes era muy soberbio y muy hipócrita. Ahora lo he perdido todo y me apoyo sólo en Dios y en la Virgen. El único momento donde encuentro paz es en la adoración, donde le digo al Santísimo que es mi único apoyo y mi única seguridad. Cuando crees en la Providencia, Dios te lo da todo,es una forma de amar distinta".

Conrado fue invitado un día a México y allí conoció a la Virgen de Guadalupe, a consagró la Fundación. "Desde entonces suceden milagros" que designa con una palabra que escuchó allí: “diosinencias”, esto es, aparentes coincidencias que vienen de Dios. Pone como ejemplos momentos bajos en que ha sentido la tentación de tirar la toalla. Un día de esos, le llamó una madre para decirle que sabía que le pasaba algo y decirle: "No nos puedes dejar solas".

"Vivimos de la Providencia", afirma Conrado Giménez, quien admite haber llorado en más de una ocasión, desesperado ante las puertas cerradas y los bolsillos vacíos, y justo entonces... "viene alguien y te ofrece algo concreto que era precisamente lo que necesitabas, desde un piso que han heredado y quieren donarnos, a una remesa de pañales que llega de golpe a un colegio donde acababan de negarnos una operación de recogida de pañales". Madrina tiene tienen unos protectores propios según explica Conrado: "Los niños que están en el cielo son unos ángeles muy especiales a quienes yo nombro patronos de la Fundación". También es rotundo al afirmar que "cada niño que nace trae un mensaje, y es que Dios aún no ha perdido la esperanza en el hombre".

FUNDACIÓN MADRINA

Fundación Madrina nace en el año 2000 con una idea muy clara: AYUDAR A LA MUJER A SER MADRE.

Desde que iniciara su camino, Fundación Madrina no ha dejado de reivindicar la contribución de la mujer a la sociedad, proponiendo que la maternidad sea defendida como Derecho Fundamental.

Actualmente, lleva a cabo el Programa Madre, que acompaña a las mujeres y madres embarazadas en dificultades y sin recursos, les brinda apoyo y compañía mediante madrinas –esto es, madres con experiencia-, así como hogares, guardería y trabajo para que puedan vivir junto a sus bebés.

Además de profesionales cualificados, esta entidad cuenta con un numeroso equipo de voluntarios, que no tiene reparos en acudir a las clínicas abortivas para tratar de convencer a las mujeres que allí acuden de que el aborto es un crimen y de que existen otras opciones.

Fundación Madrina cada año acoge a 4000 mujeres, recibe 30.000 llamadas telefónicas, 40.000 correos de urgencia y 53.000 sms. Con estos datos, que no son cifras, sino corazones atendidos, no es extraño, que haya recibido múltiples reconocimientos. Entre ellos el Premio Nacional de Solidaridad de la revista Telva, el Premio Solidaridad Mahou o el Premio a la Mejor Fundación Solidaria por la Universidad San Pablo CEU. Además fue recibida por SS. Benedicto XVI en 2010 y ha comparecido, como organismo consultivo, ante Naciones Unidas, y en cuatro ocasiones, ante el Parlamento Europeo.